sábado, 13 de junio de 2009

PARA HACERLO ENTRE TODOS

Si cada uno de nosotros

se hiciese cargo de su DON,

su primogénito DON,

y no lo dejase morir como la tarde,

ni apagarse ante el primer escollo,

ante la primera oferta

o el primer formulario encapsulado.

Si cada uno de nosotros

se amparara en lo lúdico,

se hiciese cargo de su sombra y su asombro,

y aceptase ese riesgo,

ingenuo riesgo de ser fiel a su anhelo,

a su propio anhelo emparentado

de jugar por la vida sin tajearse en el dogma.

Si fuésemos capaces

de sostener el silbo,

nuestro propio silbo enmarañado,

brotado en la garganta

con la sangre primera.

Si insistiéramos en perseguir el beso,

aquel beso no dado,

y que nos da memoria de no haberlo besado,

memoria de la boca que aun tenemos.

Si fuésemos capaces de asumir nuestra boca

y nuestra lengua,

de hacernos cargo de la saliva nuestra.

Si cada uno

intentara ser él mismo

con la mañana nueva.

Si al despertar

no renunciáramos al gesto,

al simple gesto que nos mantiene erguidos,

que da sentido al segundero del tiempo,

a la nube que avanza

y al relincho del potro.

Si fuésemos capaces

de no ceder el rito

del pecho y la retina,

de cruzar con la piel y el instante.

Entonces cada uno,

a su modo,

y viviendo con el acá en los hombros,

seríamos la vida,

su misterio pujante.

Y en el mágico acto de estar siendo,

tal vez y sin buscarla,

porque sí y con el día,

brote la poesía,

la simple poesía cotidiana

de ser la vida viva,

con su sentido a cuestas

y un canto entre los huesos.

LUCIANO ORTEGA

No hay comentarios: