domingo, 14 de junio de 2009
CREO Y DESCREO
Creo en la minga y en la mística.
Descreo de las propagandas
y de los discursos oficiales.
Creo en vos y en mí
y en nuestras contradicciones
creo.
Creo en vos y tus viseras,
en mí y mis conflictos,
en mis costados y mi sombra,
en mis idas y vueltas
y en la vuelta fugaz de nuestro riesgo
-brazo con brazo y su fervor-
En vos creo,
en tu risa cotidiana,
en tus manos tocando mis quimeras,
en tu cuerpo desnudo con la luna
y la cama rodando con las noches.
Creo y descreo,
con la fe pegada en las costillas,
con la astilla del árbol que plantamos,
con la semilla al vuelo.
En vos creo
y la cocina arando
y la ropa tendiendo,
por la valija estando
y con tu trenza abierta en el taller del silbo.
Descreo de las formas
y de los noticieros.
Creo en la piel de cada uno siendo.
En la rodilla creo;
y creo en la pantorrilla
que insinúa el erótico gesto de tu vuelo.
En el baile creo,
en el hondo grito y la mañana errante.
Ya no creo
en la promesa puesta a plazo fijo.
Sólo creo en los hijos que parimos,
en lo que somos y desde lo que fuimos
creo,
en la siesta que hacemos
y en el instante que inventamos.
Creo en el tú y el yo,
que como dijo el aborigen:
"Que yo soy tú
y tú eres yo
y todos somos lo mismo".
Es decir que yo soy vos
y vos y el hijos
somos yo.
Que somos creo
y que vale la pena seguir insistiendo.
Porque somos la tierra
y no la compra-venta,
la parte de la tierra somos,
la que nos toca ser con el ombligo,
la que se ata al espejo con su rostro.
Y como también dijera el aborigen:
"Bajo la cruz del sur y su destino",
en arriba y abajo,
en el aquí y la sangre,
en la fuerza que somos
y con la PACHAMAMA.
Sí -decididamente-
creo en el vos y el mí,
en el poder que danza y el nosotros.
En el silencio creo.
Y ya no digo nada,
sólo me aprieto a todo
y me siento fluir en ese abrazo.
LUCIANO ORTEGA
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