jueves, 18 de junio de 2009

HOY ME DIGO AL ESPEJO


Puede que el día te de un puntazo en la espalda,
pude que te devuelva billeteras perdidas.

Es posible que acaso te tuerza los espejos
o te dibuje un rostro como el arroyo quieto.

Un día como este tal vez te nazca el hijo
o se muera en la esquina un sueño acariciado,
ese tozudo anhelo que llevabas al hombro.

La humanidad entera es lo que es y avanza,
con sus dioses a cuestas,
con miedos y porfías,
con ese su destino de campear el instante,
atinando a la muerte o a promover la vida,
intentando en los siglos pararse en sus dos piernas,
pararse entre cadáveres y besos conquistados,
pararse con el canto brotado entre rendijas
y que se eleva al viento,
apuntando a la estrella.

(Un canto que se hunde con su raíz al piso
y baila en tu cintura,
sorteando las polillas y el oxido del tiempo)

Lo cierto es que este día que toca es todo tuyo,
más allá de la suerte que corra en la baraja.

LUCIANO ORTEGA

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